Cada año, más de 90 millones de litros de diesel se envían en camiones, barcazas y avionetas a las comunidades remotas de Canadá para alimentar sus sistemas locales de energía. Pero el creciente coste económico y el impacto medioambiental de la importación de este tipo de grandes cantidades de diesel para estas comunidades son insostenibles.
Estas microrredes son esencialmente «sistemas de pequeña potencia» para satisfacer plenamente las necesidades de electricidad de la zona, pero estan situadas en lugares remotos, son pequeñas y de difícil acceso por carretera. A menudo sólo están disponibles para un par de semanas durante el invierno, y deben estar operativas durante todo el año sin ningún fallo en remoto, y a menudo en duros entornos. La mayor parte de la electricidad se genera a partir de ahora el combustible diesel, pero las fuentes de energía renovables como el sol, el viento, el agua y la tierra son cada vez unas alternativas más competitivas.
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