Según un nuevo informe de la AIE, las dificultades en la cadena de suministro están obstaculizando los esfuerzos por modernizar y expandir las redes eléctricas. Desde 2021, los precios y los plazos de adquisición de componentes críticos han aumentado significativamente, complicando aún más la situación.
Aumento en los costos de componentes
El informe «Building the Future Transmission Grid: Strategies to Navigate Supply Chain Challenges» subraya que los precios de elementos como transformadores y cables han casi duplicado su costo en los últimos años. Esta tendencia no solo crea obstáculos financieros para los desarrolladores, sino que también retrasa la implementación de proyectos cruciales que aseguran un suministro eléctrico confiable. Las demoras en la obtención de permisos, especialmente en economías avanzadas, han sido un problema constante, pero los problemas de suministro han emergido como un factor limitante crítico.
Cuellos de botella en la cadena de suministro
Los líderes de la industria señalan que los tiempos de adquisición se han extendido considerablemente: entre dos y tres años para cables y hasta cuatro años para transformadores de potencia. Además, los cables de corriente continua, esenciales para la transmisión a larga distancia, pueden tardar más de cinco años en llegar. Estos retrasos impactan directamente en la capacidad de los proyectos para avanzar y satisfacer la demanda energética en crecimiento.
Competencia por recursos
La creciente competencia por recursos entre diversos proyectos de expansión está exacerbando los cuellos de botella. El aumento de proyectos de energía eólica marina ha intensificado la necesidad de cables submarinos de alta tensión, ejerciendo presión sobre unas cadenas de suministro que ya enfrentan retos significativos. Los aumentos en los costos también son alarmantes; desde 2019, los precios de los cables han casi duplicado su valor, mientras que los transformadores han visto un aumento del 75%.
Respuesta de los fabricantes
Ante estos desafíos, los fabricantes están implementando planes de expansión de capacidad de producción, aunque la efectividad de estas medidas llevará tiempo y está sujeta a incertidumbres en la demanda futura. Actualmente, alrededor de 8 millones de trabajadores están involucrados en la construcción y mantenimiento de redes eléctricas. Se estima que esta fuerza laboral deberá aumentar en al menos 1,5 millones para 2030 para satisfacer la creciente necesidad.
Futuro de la inversión en transmisión
El informe señala que, a pesar de un incremento del 10% en la inversión mundial en transmisión, alcanzando los 140.000 millones de dólares en 2023, es fundamental que esta cifra supere los 200.000 millones anuales hacia 2030 para atender la creciente demanda. La AIE recomienda una planificación anticipada y una mayor transparencia en las necesidades futuras de infraestructura, así como la optimización de procesos y la formación de mano de obra cualificada.
Conclusión
Para enfrentar los cuellos de botella actuales y desarrollar un sistema energético confiable, es esencial un esfuerzo coordinado a lo largo de toda la cadena de suministro. Con el desarrollo de infraestructura de transmisión en juego, la colaboración entre fabricantes, responsables de políticas y el sector energético será crucial para garantizar un futuro sostenible y eficiente.
