BP, la gigante energética británica, ha decidido abandonar su objetivo de reducir la producción de petróleo y gas para el año 2030, lo que marca un cambio significativo en su estrategia de transición energética. Según fuentes internas, el nuevo consejero delegado, Murray Auchincloss, busca recuperar la confianza de los inversores mediante un enfoque más centrado en la rentabilidad a corto plazo.
Desde que se presentó su estrategia en 2020, BP había prometido recortar la producción en un 40%, al mismo tiempo que aumentaba su inversión en energías renovables. Sin embargo, esta meta se redujo al 25% en febrero de 2023, lo que implica una producción de 2 millones de barriles diarios para finales de la década. Esta decisión se tomó en respuesta a la presión de los inversores.
Nuevas inversiones en Oriente medio y el Golfo de México
BP ha cambiado su enfoque hacia nuevas inversiones en Oriente Medio y el Golfo de México para incrementar su producción de petróleo y gas. Según las fuentes, Auchincloss, quien asumió el cargo en enero de este año, ha enfrentado desafíos para estabilizar el precio de las acciones de BP, que ha estado rezagada en comparación con sus competidores.
BP está considerando inversiones en varios proyectos en Irak, incluyendo el yacimiento de Majnoon, donde mantiene una participación en una empresa conjunta que explota el yacimiento petrolífero de Rumaila. Además, la compañía firmó un acuerdo en agosto para desarrollar el yacimiento de Kirkuk, incluyendo planes para la construcción de plantas solares.
Un futuro de sostenibilidad bajo revisión
A pesar de su compromiso de alcanzar emisiones netas cero para 2050, la empresa ha priorizado la inversión en negocios más rentables, especialmente en el sector del petróleo y gas. Auchincloss ha manifestado que BP se presentará como una «empresa más simple y enfocada» en su próxima presentación ante los inversores.
Además, la empresa ha pausado las inversiones en nuevos proyectos de energías renovables, como la energía eólica marina y los biocombustibles, y ha reducido el número de proyectos de hidrógeno bajo en carbono de 30 a 10.
La competencia en un mercado cambiante
Este cambio de dirección en BP refleja una tendencia más amplia en el sector energético. Su competidor Shell también ha reajustado su estrategia de transición energética, vendiendo activos en energías renovables y desechando proyectos en biocombustibles. Ambos gigantes han respondido a la crisis de seguridad energética en Europa tras la invasión rusa de Ucrania en 2022, priorizando la producción de combustibles fósiles.
BP ha invertido miles de millones en negocios de bajas emisiones de carbono, pero los problemas de la cadena de suministro y los altos costos han afectado su rentabilidad. En este contexto, Auchincloss enfatiza la necesidad de centrarse en las áreas más rentables, incluyendo la exploración en la prolífica cuenca de esquisto del Pérmico en Estados Unidos.