China sigue siendo un actor principal en la dinámica global de la demanda de petróleo. Aunque se espera que el consumo de combustibles en su sector de transporte por carretera llegue a su máximo debido a la expansión de los vehículos eléctricos y otras transiciones energéticas, el gigante asiático continúa siendo una pieza fundamental en la demanda de crudo gracias a su fuerte apuesta por los productos petroquímicos.
La industria petroquímica como motor del crecimiento
Giovanni Serio, jefe de investigación de la compañía Vitol, destacó en la reciente Cumbre de Materias Primas de FT Asia que el crecimiento de la demanda de petróleo en China estará principalmente vinculado a la petroquímica. Según Serio, «el crecimiento sólo el año que viene es totalmente capaz de satisfacer la demanda total mundial de plásticos», lo que resalta el peso creciente de este sector en la economía global.
Aunque se espera que las tasas de utilización de las instalaciones petroquímicas en China disminuyan, el país continuará añadiendo capacidad en este campo durante los próximos años. Esta tendencia se ha reflejado en informes de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que estima que hasta el 90% del crecimiento de la demanda de petróleo en China entre 2021 y 2024 provendrá de este sector.
Transición energética y el impacto en el transporte
A pesar de que la expansión de los vehículos eléctricos está afectando la demanda de combustibles fósiles, el consumo de petróleo en el sector de transporte de China sigue experimentando ajustes. En 2024, se espera que la demanda de gasolina crezca solo en 22.000 barriles diarios, una cifra muy por debajo de los 268.000 barriles diarios registrados en 2023. Las ventas de vehículos de nueva energía, que incluyen tanto eléctricos como híbridos, han superado por primera vez a las de automóviles convencionales.
Este cambio en el mercado de vehículos podría marcar el fin del crecimiento sostenido en la demanda de gasolina. Sin embargo, el futuro de la demanda dependerá en gran medida de la renovación del parque automovilístico y de las políticas de estímulo económico que pueda implementar el gobierno de Beijing.
El diésel y el gas natural licuado (GNL)
En cuanto al diésel, el gas natural licuado (GNL) ha comenzado a ganar terreno como combustible en los camiones, lo que ha afectado la demanda de diésel en el país. Sin embargo, el panorama sigue siendo incierto, ya que los precios del GNL son volátiles y dependen de factores internacionales como las fluctuaciones en la demanda global y las temperaturas invernales, que incrementan la demanda de este combustible.
Un futuro con la petroquímica como protagonista
A medida que la transición energética se consolida y la demanda de combustibles fósiles en el transporte se estabiliza, el sector petroquímico sigue siendo una fuente clave de crecimiento. Según Serio, Vitol ha ajustado sus proyecciones de pico de demanda mundial de petróleo, estimando que no se alcanzará hasta la década de 2030, debido a la desaceleración en el ritmo de crecimiento de los vehículos eléctricos y a un menor enfoque en los objetivos ambientales.
En resumen, China continuará siendo un pilar en la demanda global de petróleo, pero el futuro del mercado energético mundial estará determinado por el crecimiento del sector petroquímico, que dominará el panorama incluso en un contexto de transición energética.