El inicio de 2025 viene marcado por una fuerte recuperación del petróleo Brent, que registra un incremento del +7,1%. Este repunte coincide con la imposición de nuevas sanciones de Estados Unidos a Rusia, que han generado un alza adicional del +3,9% desde el 10 de enero. Las medidas, diseñadas para reducir los ingresos del Kremlin en su financiamiento de la guerra en Ucrania, apuntan a empresas clave como Gazprom y Surgutneftegas, responsables del 30% de las exportaciones rusas. Además, también incluyen restricciones a las redes comerciales que transportan petróleo a China e India.
Estas sanciones se ven reforzadas por problemas logísticos en la exportación de petróleo ruso, como el naufragio de buques obsoletos y dificultades para asegurar las cargas. Aunque la producción rusa permanece limitada por los acuerdos de la OPEP+, con una cuota de 8,98 millones de barriles diarios en 2025, el impacto de estas medidas se hace sentir con más fuerza que en ocasiones anteriores.
Sanciones a Irán: un nuevo foco de tensión
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha reactivado una política de sanciones más estrictas contra Irán, centrándose en su programa nuclear. Estas sanciones afectan a instituciones financieras, operadores de terminales petroleras y refinerías vinculadas al petróleo iraní. Actualmente, Irán produce alrededor de 3,25 millones de barriles diarios, pero podría perder entre 1 y 1,2 millones de barriles diarios para el segundo semestre de este año, lo que representa un golpe significativo a su economía.
Factores de estabilidad: acuerdos de paz en Oriente Medio
El reciente acuerdo de paz entre Israel y Hamás representa un factor positivo para la moderación de los precios del crudo. Tras el ataque de Hamás en octubre de 2023, los precios del petróleo subieron entre 6 y 8 dólares por barril, alcanzando los 94 dólares. Con la estabilización en la región, se espera una reducción de los precios entre 3 y 4 dólares por barril. Además, la caída del régimen sirio de Bashar al Asad también contribuye a disminuir la tensión geopolítica, dejando como principales fuentes de riesgo a Irán y los rebeldes hutíes en Yemen.
Demanda y oferta: perspectivas para 2025
En el lado de la demanda, las principales economías consumidoras de petróleo están experimentando una moderación en su crecimiento, a pesar de unos precios del crudo relativamente atractivos y las bajas temperaturas en el hemisferio norte. La Agencia Internacional de Energía (AIE) proyecta un exceso de oferta de crudo de 700.000 barriles diarios en 2025, siempre que la OPEP+ deshaga gradualmente los recortes a partir de abril. Sin embargo, si las restricciones a Rusia e Irán persisten, la OPEP+ podría verse obligada a extender los recortes de producción voluntarios.
Con este panorama, se prevé que los precios del Brent por encima de los 80 dólares no sean sostenibles, y que un descenso hacia los 75 dólares o menos sea más razonable.
Impacto en los mercados financieros
Desde el inicio de 2025, el índice bursátil STOXX 600 Energía ha aumentado un +6,0%, superando ampliamente al STOXX 600 general, que solo ha subido un +1,5%. Este comportamiento refleja la correlación positiva entre el sector energético y el Brent. Además, las valoraciones del sector energético siguen siendo atractivas, con un PER un -26,5% por debajo de la media histórica. Las principales fortalezas del sector radican en su elevada generación de caja, altos dividendos y bajo endeudamiento.
Conclusiones y recomendaciones
A pesar de las valoraciones bajas, un eventual recorte en los precios del crudo podría afectar negativamente al sector energético en el corto plazo. Recomendamos sobreponderar en valores como Repsol, Total y ENI, aunque esta última es la única que forma parte de nuestra cartera principal. En el caso de los «bond proxies», destacamos empresas como Cellnex, Colonial, Merlin, Iberdrola, Redeia, Enagás y Endesa como opciones atractivas.