La Comisión Europea ha abierto el debate sobre el rol de la energía nuclear en la lucha contra el cambio climático, en el contexto de la próxima Conferencia de las Partes (COP29), que tendrá lugar en noviembre en Bakú. Esta postura ha sido respaldada por los Veintisiete, quienes han aprobado el mandato negociador de la Unión Europea para la cumbre climática de la ONU.
Energía nuclear: ¿solución o problema en la transición climática?
El papel de la energía nuclear en la lucha contra el cambio climático ha generado un debate profundo. Mientras que algunos defensores argumentan que es una fuente de energía «limpia» y con bajas emisiones de carbono, otros la ven como una opción peligrosa, cargada de riesgos para la seguridad y el medio ambiente.
Con la decisión de la Comisión Europea de incluir la energía nuclear en la agenda de la COP29, es previsible que este tema despierte intensos intercambios entre los países presentes en la cumbre. Para muchos, la cuestión gira en torno a si la energía nuclear puede o debe jugar un papel central en la transición energética hacia fuentes más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Un acuerdo negociado bajo tensión
El pasado lunes, los países de la Unión Europea formalizaron su posición común en Luxemburgo tras arduas negociaciones, aún marcadas por la división interna sobre la energía nuclear. Los europeos coincidieron en la necesidad de «acelerar» el desarrollo de tecnologías de «cero y bajas emisiones», sin referirse explícitamente a la energía nuclear. Sin embargo, la ministra francesa de Ecología, Agnès Pannier-Runacher, destacó esta falta de mención directa como una «gran victoria diplomática», interpretando la expresión «bajas emisiones» como un respaldo implícito a la energía nuclear.
Esta ambigüedad refleja las tensiones persistentes entre países clave como Alemania, que se opone firmemente a la energía nuclear, y Francia, que la defiende con fuerza.
La COP29: un espacio para redefinir el futuro energético
En palabras del comisario europeo Wopke Hoekstra, las «diferencias conocidas» entre los Estados miembros sobre la energía nuclear son evidentes, pero la ambición europea en la COP29 debe centrarse en alcanzar nuevas metas de financiación global para el clima. La conferencia de noviembre será clave no solo para el futuro del financiamiento climático, sino también para el papel que jugará la energía nuclear en un sistema energético más sostenible.
La Unión Europea ha solicitado que un «grupo mayor de contribuyentes» asuma la responsabilidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, en un momento donde las finanzas públicas no son suficientes para garantizar los niveles necesarios de inversión, el papel del sector privado se vuelve crucial en la transición verde.
Metas climáticas ambiciosas pero poco concretas
Aunque los países europeos han abogado por una mayor participación en la reducción de emisiones, no han hecho referencia explícita a la recomendación de la Comisión Europea de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en un 90% para 2040, en comparación con los niveles de 1990. Este objetivo forma parte de las negociaciones que están por venir, dentro del bloque europeo, de cara a la meta de alcanzar la neutralidad climática en 2050.