El Gobierno sueco ha cancelado recientemente trece proyectos de energía eólica marina, afectando a promotores clave del sector, como OX2, Ørsted y RWE. La decisión, que ha sorprendido al sector, se justifica por motivos de seguridad nacional, específicamente por las implicaciones para la defensa militar de Suecia. Este nuevo obstáculo pone en duda el futuro de la energía eólica marina en el país, que ya enfrenta varios años de estancamiento en su desarrollo.
Cancelación de proyectos y el impacto en el sector
Los proyectos cancelados representaban una capacidad total de casi 32 GW, una cifra considerable dentro del mercado de energía eólica marina. Según WindEurope, el Gobierno sueco argumentó que estos proyectos tendrían “consecuencias inaceptables para la defensa militar de Suecia”, debido a los riesgos que implicaría su ubicación en el Mar Báltico. La cancelación de estos proyectos, que se encontraban en fases tempranas de desarrollo, podría resultar en la pérdida de inversiones privadas por un valor cercano a los 47.000 millones de euros.
La industria eólica marina ha manifestado su sorpresa y preocupación por la falta de una evaluación exhaustiva antes de tomar esta decisión. Giles Dickson, CEO de WindEurope, expresó su frustración al afirmar que “Suecia es el último de la clase en energía eólica marina” y criticó la prohibición generalizada del desarrollo eólico en amplias zonas del Mar Báltico. La decisión contrasta con las políticas de otros países ribereños, como Polonia o Dinamarca, que están avanzando rápidamente en sus propios proyectos de energía eólica marina.
El estancamiento de la energía eólica marina en Suecia
A pesar de contar con un extenso litoral en el Mar Báltico y el Kattegat, Suecia ha logrado desplegar solo 0,2 GW de energía eólica marina, una cifra muy por debajo de los 2,6 GW de su vecina Dinamarca. En comparación con otros países del Báltico, el ritmo de desarrollo de la energía eólica marina en Suecia es considerablemente lento.
En 2024, se habían identificado más de 100 GW de proyectos eólicos marinos en distintas fases de desarrollo en la región, muchos de ellos concentrados en el sur de Suecia, donde la demanda de electricidad renovable es alta y está en constante crecimiento. Sin embargo, las restricciones impuestas por el ejército sueco han sido un obstáculo importante, ya que, desde hace años, el desarrollo de proyectos de energía eólica marina se ha visto bloqueado en diversas áreas del país.
Soluciones colaborativas en el Mar Báltico
En contraste con Suecia, otros países del Mar Báltico, como Polonia, han adoptado enfoques más colaborativos entre la industria eólica marina y los sectores de defensa. Estos países han implementado modelos conjuntos que permiten la coexistencia de la energía eólica marina y las operaciones militares, demostrando que ambas actividades pueden ser complementarias.
Polonia, por ejemplo, ha comenzado a utilizar la energía eólica marina no solo como una fuente de energía renovable, sino también como un medio para mejorar la capacidad de vigilancia militar, incorporando sistemas de radar y sonar en los parques eólicos. De esta forma, se facilita la recopilación de datos para mejorar las operaciones militares, al mismo tiempo que se promueve la transición energética.
El futuro de la eólica marina en Europa
La colaboración entre la industria eólica marina y las fuerzas armadas es clave para el éxito de estos proyectos en el futuro. En este sentido, WindEurope, en colaboración con la OTAN y la Agencia Europea de Defensa (AED), está trabajando en proyectos como «Symbiosis», que busca apoyar la coexistencia de energías renovables y operaciones de defensa en los espacios marítimos europeos.
Giles Dickson ha resaltado que los Gobiernos europeos no deben ceder ante la “intimidación e injerencia rusa” en las políticas energéticas. Según Dickson, la energía eólica marina es fundamental para aumentar la seguridad energética en Europa y reducir la dependencia de las importaciones de energía de Rusia. Además, afirmó que la eólica marina puede coexistir con actividades militares, y que es esencial que Europa siga adelante con su transición hacia energías renovables.
Conclusión
La reciente decisión del Gobierno sueco de cancelar trece proyectos de energía eólica marina subraya la compleja relación entre la transición energética y las necesidades de defensa nacional. Aunque la industria eólica marina se enfrenta a desafíos importantes, la experiencia de otros países del Mar Báltico demuestra que es posible encontrar soluciones colaborativas que beneficien tanto al sector energético como a la seguridad militar. La clave estará en buscar un equilibrio que permita a Suecia avanzar en su transición energética sin comprometer su defensa nacional.