El primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha confirmado que Ucrania no extenderá el acuerdo de tránsito de gas con Rusia cuando expire el 31 de diciembre de 2024. Esta decisión, comunicada al primer ministro eslovaco, Robert Fico, marca un hito en la relación energética entre ambos países y tendrá importantes consecuencias para la distribución de gas en Europa.
Impacto del fin del acuerdo: ¿Quiénes se verán más afectados?
El gas ruso que transita por Ucrania hacia Europa ha sido una fuente importante de energía durante décadas. Sin embargo, en 2023, los volúmenes enviados por esta ruta representaron solo el 8% de los niveles máximos de años anteriores. Rusia envió alrededor de 15.000 millones de metros cúbicos (bcm) a través de Ucrania en 2023, una cantidad relativamente pequeña en comparación con el máximo histórico alcanzado en 2018-2019, cuando su participación en el mercado europeo llegó al 35%.
Países como Austria, Hungría y Eslovaquia siguen siendo dependientes del gas ruso que transita por Ucrania. Eslovaquia, por ejemplo, adquiere alrededor de 3 bcm de gas ruso al año, lo que representa dos tercios de sus necesidades. Austria también sigue recibiendo la mayor parte de su gas a través de Ucrania. En contraste, países como la República Checa han reducido su dependencia, aunque en 2024 volvió a recibir gas ruso tras una pausa casi total.
Cambios en el mercado energético europeo
Desde la invasión de Ucrania en 2022, la Unión Europea ha reducido drásticamente su dependencia del gas ruso, recurriendo a alternativas como Noruega, Estados Unidos y Qatar. Esta diversificación ha sido clave para evitar una crisis energética a gran escala en el continente. Aunque en 2022 los precios del gas se dispararon a niveles récord, los expertos creen que una nueva subida no se repetirá debido a los menores volúmenes de gas ruso y la disponibilidad de otras fuentes.
Rutas alternativas: ¿Suficientes para compensar?
Con la mayoría de las rutas de gasoductos rusos hacia Europa cerradas, como el gasoducto Yamal-Europa y el Nord Stream bajo el Báltico, solo queda operativo el TurkStream y el Blue Stream a través del Mar Negro hacia Turquía. Turquía redistribuye parte del gas hacia Europa, incluyendo Hungría, pero la capacidad de estas rutas es limitada. Esto crea incertidumbre sobre la capacidad de Rusia para mantener los suministros a través de otras vías sin el tránsito por Ucrania.
Consecuencias económicas para Ucrania y Rusia
Ucrania obtiene entre 800 y 1000 millones de dólares en concepto de tarifas de tránsito del gas ruso, lo que representa una fuente importante de ingresos para el país. Por su parte, Rusia obtiene más de 3000 millones de dólares anualmente de las ventas de gas a través de Ucrania, basándose en un precio promedio de 200 dólares por 1.000 metros cúbicos.
Gazprom, el monopolio ruso de exportación de gasoductos, sufrió su primera pérdida anual desde 1999 en 2023, con una caída neta de 7.000 millones de dólares debido a la pérdida de su cuota de mercado en Europa. Aunque Rusia ha expresado su disposición a extender el acuerdo de tránsito, Kiev ha reiterado que no lo renovará, lo que pone en riesgo estos ingresos cruciales para ambas partes.
El futuro del suministro de gas en Europa del Este
La negativa de Ucrania a renovar el acuerdo de tránsito plantea un dilema para la Unión Europea. Mientras que países como Francia y Alemania han dejado de comprar gas ruso, Eslovaquia, Hungría y Austria aún dependen de estos suministros y critican los altos costos de los suministros alternativos.
La UE y Ucrania también han solicitado a Azerbaiyán que intervenga como mediador en las conversaciones con Rusia sobre el futuro del acuerdo de tránsito. No obstante, la incertidumbre sigue siendo alta, y los países europeos que aún dependen del gas ruso deberán buscar soluciones alternativas para garantizar su seguridad energética en el futuro.