Qué le espera a América Latina en materia energética al 2060

Incorporación masiva de nuevas tecnologías, crecimiento de las ciudades y mayores desafíos ambientales son algunos de los temas que impactarán de manera significativa el panorama energético de la región.

Tres son los posibles escenarios que se presentan a nivel energético en América Latina: el optimista (habrá crecimiento e innovación), el neutro (crecimiento medio y énfasis en la sostenibilidad ambiental) y el pesimista (bajo crecimiento y menor apoyo de instituciones globales).

Estas son las conclusiones del estudio Escenarios Energéticos para Latinoamérica y el Caribe 2060, elaborado por el Consejo Mundial de la Energía con el apoyo de CAF -Banco de Desarrollo de América Latina-, Centrais Elétricas Brasileiras S.A (Eletrobras) y la Unidad de Planeación Minero Energética -UPME, que pretende ofrecer herramienta para que los tomadores de decisiones puedan implementar políticas públicas eficientes.

Optimista 

«Samba», como denomina el reporte al primer escenario, se caracteriza por un crecimiento económico importante de los países, acompañado de un alto nivel de innovación. Estos niveles elevados de crecimiento permitirían la inversión en infraestructura, capital humano y nuevas tecnologías, que a su vez posibilitarían la mejora en eficiencia energética, conectividad digital y almacenamiento de energía. En este escenario la economía de mercado se constituye como la herramienta dominante para actuar y por tanto, la integración regional será definida en estos términos.

Neutro

El segundo escenario, denominado en el informe como «Tango» y describe un crecimiento económico medio y un fuerte enfoque a la sostenibilidad ambiental. En contraste con el primer escenario, el Estado es la herramienta dominante para actuar, pues las iniciativas energéticas primero toman lugar en los ámbitos locales y nacionales para luego conectarse entre sí. En este contexto, cobra importancia la adopción de nuevas soluciones para el suministro de energía, la demanda energética, el cambio climático, la eficiencia energética y las emisiones de carbono en el transporte. Además, existe un fuerte desarrollo de  infraestructura y de cooperación regional.

Pesimista

Finalmente, el escenario «Rock» proyecta un mundo con débil crecimiento económico, menor apoyo a instituciones globales y políticas autosuficientes. De esta forma, la cooperación regional es limitada, así como la inversión en infraestructura. El resultado es la perpetuación, o incluso, el aumento de la desigualdad entre la población y la competencia entre gobiernos nacionales por brindar condiciones de suministro energético favorables.

«Los tres escenarios comparten retos similares, como la diversificación de la matriz energética, la definición de una política energética clara, el trabajo conjunto entre sector público y privado, la innovación tecnológica, la eficiencia energética o la integración regional. Los países deben aunar esfuerzos para resolver estas problemáticas conjuntamente con el intercambio de experiencias»,  explicó Mauricio Garrón, director de Análisis y Estrategias de Energía de CAF, en la presentación del informe en Lima.

Por su parte, Gerald Davis, director del Programa de Estudios de Escenarios del Consejo Mundial de la Energía,  aseguró que «los escenarios demuestran que la región tiene un gran potencial para beneficiarse económicamente de la integración y cooperación regional, pero estos beneficios a largo plazo se ven frenados por las prioridades políticas y económicas de corto plazo».

El estudio también incluye unas áreas clave de acción que van desde la orientación de políticas públicas, el enfoque en las oportunidades del sector energético, hasta las políticas climáticas y la gestión de macro-riesgos.

Fuente | Banco de Desarrollo de América Latina

 

 

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