«La transición energética se dará a medio y largo plazo», Gonzalo Escribano (Instituto Elcano)

«Hay muchos elementos que apuntan que la transición energética puede ser quizá frenada en el corto plazo, pero en el medio y largo plazo va a seguir» gracias en parte a regulaciones ambientales estrictas, ha asegurado el investigador del Real Instituto Elcano y profesor de la UNED, Gonzalo Escribano.

Escribano ha explicado en entrevista a la Agencia EFE que la caída de la producción y los precios del petróleo no necesariamente conllevan una aceleración en la lucha contra el cambio climático y acercarnos a la transición energética porque no supone “una relación unívoca”.

“Hay elementos que van a favor y en contra”, sostiene el experto y explica que mucha gente puede plantearse que ante la bajada de los precios de los combustibles fósiles, no hay urgencia por cambiar a vehículos menos contaminantes -eléctricos o híbridos- u optar por la instalación de energías renovables en los hogares.

Pero esos son “argumentos a corto plazo”, señala, porque “existen regulaciones ambientales muy estrictas”, que, por ejemplo, en España no permitirán la entrada de vehículos a gasoil en el centro de Madrid, o aparcar en ciertas zonas o las que impedirán que a partir de 2040 se puede adquirir un vehículo de esas características.

Es decir, “independientemente de los precios relativos entre los combustibles fósiles y las renovables, hay unas regulaciones marcadas por los estados” con unos plazos para su cumplimiento.

“No solo es el vector del precio, que sin duda puede retrasarlo, sino también de las políticas y la regulación. No es algo tan claro”, según el director del Programa Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano.

Las renovables están en “caída libre desde hace muchos años, y ahora las subastas de esta energía en América Latina y España las están ganando las energías eólica y solar para la construcción de plantas porque son más baratas”.

“Puede caer mucho el gas, pero las renovables no corren peligro por los precios”, dice, porque “una vez que has puesto la instalación no tienes el riesgo del precio y en 30 años no hay que gastar más que en mantenimiento”.

Mientras que con el petróleo “no se sabe cuál va a ser el precio en unos meses o años” y conlleva “muchos más riesgos”.

Además, por una parte “hay quienes plantena que en este momento se necesitan estímulos económicos para salir de la crisis para acelerar la transición energética”.
Por otra, quienes sostiene que con el Pacto Verde Europeo “se puede invertir en carriles bici, en renovables y cosas que fomenten la transición energética y la lucha contra el cambio climático”.

Escribano asegura que “el tema es complejo”, y piensa que volverán a subir los niveles de contaminación con la vuelta a la actividad y la reactivación económica.

Sin embargo, se muestra esperanzado porque “hay vectores que actúan en un sentido y en otro en esta crisis” y explica que el teletrabajo, las teleconferencias -con los que gran porcentaje de la población ha trabajado durante el confinamiento decretado para evitar la propagación del coronavirus-, podrían “reducir los viajes”.

A corto y medio plazo se pueden mantener y persistir unos ciertos cambios en las formas de vida, dependiendo también de cómo evolucione la crisis sanitaria, porque sino hay cura ni vacunas o incluso con vacuna, puede que la gente opte por el teletrabajo y las empresas se den cuenta que los trabajadores no tienen que estar presencialmente todos los días.

Gracias a estos cambios y a la puesta en marcha de “políticas públicas para evitar que volvamos a una normalidad periniciosa, se limitaría mucho las emisiones a la atmósfera”.

Todo va a depender de “las políticas que se apliquen” y de cómo las empresas y los individuos “nos adaptemos desde el punto de vista social y cultural a la nueva realidad distinta”.

En España va a costar, porque desgraciadamente hay una politización muy fuerte de todo, y aunque la energía, el cambio climático y la transición energético no es una injerencia, es más político que real.

Sostiene que “en España no hay negacionismo del cambio climático” y la gente, tanto de izquierda como de derecha, está de acuerdo en que hay que adoptar medida al respecto, porque “se ve como un tema muy transversal”.

El problema, “como muchas otras cosas en nuestro país, es que la clase política utiliza temas como el cambio climático o la transición energética para entrar en el debate político, es decir los politiza”.

Así, “da la impresión que abogar por las renovables es de izquierdas o el diesel de derechas y no es así”, porque los españoles no piensan eso, y “la contaminación mata igual a unos que a otros”.

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