El hidrógeno de bajas emisiones continúa ganando terreno en el mercado energético, impulsado por una creciente inversión y nuevos proyectos a nivel mundial. Sin embargo, según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), titulado Revisión Global del Hidrógeno 2024, su implementación masiva sigue enfrentándose a barreras importantes. La falta de políticas claras para estimular la demanda en sectores industriales clave, como la refinación, el acero y el transporte de larga distancia, es uno de los principales desafíos que frena el crecimiento de esta tecnología prometedora.
El impulso global del hidrógeno de bajas emisiones
En el último año, el número de proyectos de hidrógeno que han alcanzado una decisión final de inversión se ha duplicado, lo que podría quintuplicar la producción mundial de hidrógeno de bajas emisiones para 2030. Actualmente, la capacidad global de electrolizadores que ha llegado a esta etapa asciende a 20 gigavatios (GW), lo que indica un fuerte interés de los inversores.
Si todos los proyectos anunciados se concretan, la producción mundial podría alcanzar 50 millones de toneladas anuales para finales de la década. Sin embargo, para cumplir este objetivo, la industria del hidrógeno necesitaría crecer a una tasa anual compuesta de más del 90%, un ritmo sin precedentes, incluso mayor que el crecimiento de la energía solar fotovoltaica en su momento de mayor expansión.
China lidera la capacidad de producción
China ha demostrado un liderazgo notable en la expansión del hidrógeno de bajas emisiones. De los más de 6 GW de capacidad de electrolizadores que alcanzaron la decisión final de inversión en 2023, más del 40% están ubicados en el país. Con una capacidad de fabricación de electrolizadores que asciende a 25 GW anuales, China controla el 60% de la capacidad global, lo que le posiciona como líder en la implementación de tecnologías de energía limpia.
Necesidad urgente de políticas para estimular la demanda
A pesar de este crecimiento en proyectos de hidrógeno, la demanda de hidrógeno de bajas emisiones sigue siendo baja. Los desarrolladores están a la espera de políticas gubernamentales más claras que incentiven la adopción por parte de consumidores industriales. La mayoría de los proyectos aún se encuentran en etapas iniciales de planificación o desarrollo, con algunos enfrentando demoras debido a barreras regulatorias, desafíos operativos y permisos.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, destacó que «el hidrógeno de bajas emisiones tiene un papel crucial en la descarbonización de sectores industriales como el acero, la refinación y los productos químicos. Sin embargo, los productores necesitan compradores. Es fundamental que los responsables de las políticas implementen herramientas para crear demanda, reducir costos y proporcionar regulaciones claras que impulsen la inversión en el sector».
Brecha entre la producción y la demanda
El informe subraya la discrepancia entre los objetivos de producción y demanda fijados por los gobiernos. Mientras que la meta global de producción de hidrógeno para 2030 asciende a 43 millones de toneladas anuales, los objetivos de demanda apenas alcanzan los 11 millones de toneladas. Esta diferencia refleja la necesidad de políticas que impulsen la adopción del hidrógeno en sectores clave.
Algunos gobiernos ya están tomando medidas para fomentar la demanda, como los contratos por diferencia de carbono y las cuotas de combustible sostenible para aviación y transporte marítimo. Sin embargo, según el informe de la AIE, estos avances no son suficientes para cumplir los objetivos climáticos establecidos.
Desafíos tecnológicos y de costos
El sector del hidrógeno de bajas emisiones aún enfrenta importantes desafíos tecnológicos y de costos, especialmente en la producción mediante electrolizadores. La presión sobre las cadenas de suministro y el aumento de precios están frenando algunos avances previos en la reducción de costos. Para superar estas barreras, será esencial continuar con el desarrollo tecnológico, optimizar los procesos de implementación y fomentar la fabricación en masa para lograr economías de escala.
Hispanoamérica como potencial centro de producción
El informe también destaca a Hispanoamérica como un posible centro de producción de hidrógeno de bajas emisiones. Países como Chile y Brasil ya cuentan con estrategias de hidrógeno enfocadas en las oportunidades de exportación. Sin embargo, a corto plazo, las oportunidades más inmediatas en la región se centran en la refinación y la producción de amoníaco para uso doméstico.
La experiencia ganada con proyectos a menor escala en estos sectores ayudará a mitigar riesgos, reducir las necesidades de capital y preparar el terreno para una expansión más ambiciosa en el futuro.