Los activos renovables en España atraviesan una corrección histórica en sus valoraciones, con caídas que llegan hasta el 60%, impulsadas por la presión de los precios de la energía. Esta situación afecta especialmente a proyectos en fase temprana y resalta la urgencia de contratos PPA y modelos financieros más sólidos para garantizar la viabilidad económica de las instalaciones.
Correcciones severas en proyectos en fase temprana
Los proyectos ready to build (RtB) son los más vulnerables frente a esta caída de precios. Las valoraciones de los activos que antes oscilaban entre 150.000 y 250.000 euros por MW ahora se sitúan en rangos de 50.000 a 90.000 euros por MW. Esta reducción drástica refleja la mayor percepción de riesgo de los inversores, que consideran la volatilidad del mercado como un factor clave para la rentabilidad. La situación obliga a replantear los modelos financieros y a buscar mecanismos de aseguramiento de ingresos estables.
Canibalización de precios en el mercado solar y eólico
La sobrecapacidad instalada, especialmente en energía fotovoltaica y eólica, genera un fenómeno de canibalización de precios. Los precios promedio de mercado han caído de 58 €/MWh en 2023 a menos de 35 €/MWh en 2025, según estimaciones del sector. Este escenario no solo reduce la rentabilidad inmediata, sino que también impacta en la planificación a largo plazo, aumentando el riesgo percibido por los inversores y dificultando la financiación de nuevos proyectos.
Saturación de la red y limitaciones técnicas
La infraestructura eléctrica española enfrenta limitaciones críticas: más del 80% de las subestaciones están al límite de su capacidad. Esto provoca cuellos de botella que afectan la conectividad de nuevos proyectos y la integración de energía renovable en el sistema. Los promotores deben considerar estrategias de interconexión y almacenamiento para minimizar riesgos y asegurar la operatividad de sus instalaciones ante picos de demanda o apagones imprevistos.
Estrategias para estabilizar ingresos
Frente a la volatilidad del mercado, los promotores y fondos de inversión recurren a diversas soluciones. La hibridación de proyectos (solar + almacenamiento, eólico + baterías) permite equilibrar la oferta y la demanda, mientras que los contratos de compraventa de energía (PPA) ofrecen previsibilidad de ingresos a largo plazo. Estas estrategias no solo protegen la rentabilidad, sino que también favorecen la financiación de proyectos en un contexto de precios bajos y elevada competencia.
Impacto en la valoración de activos
La corrección de precios se traduce directamente en la disminución de valor de los activos renovables. Los fondos de inversión y promotores ajustan sus portafolios, revisando criterios de adquisición y venta, y priorizando proyectos con contratos PPA o con capacidad de almacenamiento. Esta dinámica está transformando el mercado eléctrico español, impulsando una consolidación de proyectos y una búsqueda activa de eficiencia operativa.
Perspectivas y oportunidades a medio plazo
A pesar de la corrección significativa, el mercado español de renovables sigue ofreciendo oportunidades. La electrificación industrial, la digitalización de redes y el impulso de proyectos híbridos y con almacenamiento permiten abrir nuevos nichos de crecimiento. Además, la necesidad de reforzar la infraestructura eléctrica favorece inversiones estratégicas en zonas con capacidad disponible, generando un entorno competitivo pero con potencial de rentabilidad sostenible.
Recomendaciones para inversores y promotores
Para quienes operan en el sector, la recomendación principal es diversificar estrategias de ingresos y adoptar soluciones híbridas. La integración de almacenamiento y los contratos a largo plazo son clave para reducir la exposición al riesgo de precios. Asimismo, mantener una evaluación constante del mercado eléctrico español permite anticipar correcciones y planificar inversiones con mayor seguridad, asegurando que los activos renovables continúen siendo una apuesta rentable a pesar de la volatilidad.



