martes 22 - octubre 2024

El empleo en energías renovables creció en 2023 hasta alcanzar los 16,2 millones de puestos de trabajo

El auge de las energías renovables genera 13,7 millones de empleos en 2022, destacando Asia como líder mundial en el sector.

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Los empleos son un pilar esencial para el desarrollo económico y juegan un rol clave en la transición hacia una economía baja en carbono. A medida que los gobiernos se enfocan en el desarrollo de energías renovables para cumplir con los objetivos climáticos, también buscan aprovechar los beneficios socioeconómicos que este sector puede generar. El crecimiento del empleo en energías limpias no solo es un beneficio tangible de la transición, sino que también fortalece la aceptación política de esta transformación.

Crecimiento sostenido del empleo en energías renovables

Según el informe Energías Renovables y Empleo: Balance Anual 2024, publicado recientemente por IRENA (Agencia Internacional de Energías Renovables), en colaboración con la OIT (Organización Internacional del Trabajo), el empleo en el sector de energías renovables alcanzó los 13,7 millones de puestos a nivel global en 2022, un incremento notable respecto a los 12,7 millones del año anterior. Este crecimiento refleja el avance en la adopción de energías limpias, especialmente en Asia, que representa dos tercios de los empleos en el sector, con China a la cabeza, ocupando el 41% del total mundial.

Sectores clave en la generación de empleo

El sector de energía solar fotovoltaica es el que más contribuye a este aumento, con 4,9 millones de empleos a nivel global, destacándose como el sector de mayor crecimiento dentro de las energías renovables. Además, las mujeres representan un 40% de la fuerza laboral en este campo, reflejando avances en términos de diversidad.

Por otro lado, la energía eólica generó 1,4 millones de empleos, principalmente en China y Europa, aunque la diversificación de la producción de componentes es cada vez mayor. El sector de biocombustibles también desempeña un rol importante, generando 2,5 millones de empleos, principalmente en el sector agrícola.

Desafíos y oportunidades para una transición justa

A medida que la transición energética avanza, no solo se generan empleos, sino que también se enfrentan retos importantes. La creación de empleo en energías renovables depende en gran medida de la capacidad de los países para desarrollar y fortalecer sus cadenas de suministro locales. Países como China han logrado aprovechar sus capacidades industriales, lo que ha generado empleos en el Sudeste Asiático, especialmente en el sector solar.

Sin embargo, la vulnerabilidad a las disrupciones en las cadenas de suministro globales, junto con tensiones geopolíticas, ha llevado a un renovado interés en las políticas industriales que promuevan el desarrollo de capacidades locales. Asimismo, es crucial cerrar las brechas de habilidades en el sector mediante la expansión de la educación y la formación, especialmente en regiones menos desarrolladas como África, donde la creación de empleo en energías renovables aún es limitada.

El papel de las políticas públicas en la creación de empleo

Para garantizar que la transición energética beneficie a todos, es necesario adoptar un enfoque de políticas integrales que promueva la creación de empleo decente y sostenible. Esto incluye el fortalecimiento del diálogo social y el respeto por los derechos laborales, asegurando que los trabajadores formen parte activa de la transición. De acuerdo con la OIT, invertir en la capacitación y educación es clave para dotar a los trabajadores de las habilidades necesarias para los empleos del futuro.

Conclusiones finales: un futuro prometedor para el empleo verde

El informe de IRENA subraya que el aumento del empleo en energías renovables no solo contribuye a la lucha contra el cambio climático, sino que también genera oportunidades económicas significativas. La transición hacia una economía baja en carbono requiere un marco de políticas que priorice el bienestar humano y la sostenibilidad. Si se adoptan las medidas adecuadas, el crecimiento de las energías limpias puede continuar generando empleos de calidad, fomentando la diversidad y equidad en la fuerza laboral y contribuyendo a la estabilidad climática global.

Principales conclusiones globales:

  • 13,7 millones: empleo mundial en energías renovables en 2022, frente a los 12,7 millones de 2021. Cerca de dos tercios de todos los empleos se encuentran en Asia, donde China por sí sola representa el 41% del total mundial.
  • 4,9 millones: empleos en energía solar fotovoltaica (FV) en 2022, el sector de más rápido crecimiento, que representa más de un tercio de la fuerza laboral total de energía renovable. Las mujeres ocupan el 40% de estos puestos.
  • 1,4 millones: empleos en energía eólica en 2022. China y Europa lideran, aunque la geografía de la producción de componentes es cada vez más diversa.
  • 2,5 millones: empleos directos en energía hidroeléctrica en 2022, un 2,3% más que en 2021. La operación y el mantenimiento representan casi dos tercios de los empleos directos, el 30% de los empleos están relacionados con la construcción e instalación y alrededor del 6% son en la fabricación de componentes.
  • 2,5 millones: empleos en biocombustibles en 2022, principalmente en la cadena de suministro agrícola.
  • Las soluciones descentralizadas proporcionan energía confiable y empleo en áreas remotas. La energía hidroeléctrica a pequeña escala, por ejemplo, requiere entre 17.000 personas-día (para una planta pico, que produce un promedio de 5 kilovatios [kW]), alrededor de 64.000 personas-día (para una microplanta de 50 kW) y más de 160.000 personas-día (para una miniplanta de 500 kW) para la planificación inicial y la adquisición y fabricación de equipos, la instalación, la conexión, la operación y el mantenimiento continuos, hasta el desmantelamiento final.
  • La vulnerabilidad a las disrupciones en las cadenas de suministro globales, junto con las rivalidades geopolíticas, está impulsando un nuevo interés en medidas de política industrial para construir y fortalecer las capacidades locales y asegurar los beneficios relacionados con la creación de empleo.
  • Es necesario ampliar la educación y la formación para evitar que se agraven las brechas de habilidades. Deben ir acompañadas de esfuerzos para crear una fuerza laboral diversa y aprovechar el talento de los grupos subrepresentados, incluidas las mujeres, los jóvenes y las minorías.
  • Los derechos laborales y el diálogo social son indispensables para una transición energética que produzca resultados justos y asegure las perspectivas de los trabajadores.
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