El descenso de las temperaturas en todo el territorio español ha provocado un incremento sustancial en la demanda de gas natural. Este miércoles, el consumo alcanzó los 1.671 gigavatios hora (GWh), el nivel más alto en los últimos dos años, según datos de Enagás, operador del sistema gasista nacional. Esta cifra refleja el impacto directo de las bajas temperaturas y del uso intensivo de sistemas de calefacción.
El impacto del frío en el consumo de gas natural
El aumento de la demanda se debe principalmente al consumo convencional, que incluye hogares, servicios y empresas, así como a la actividad industrial. Este segmento registró un incremento significativo, alcanzando los 990 GWh en un solo día. Los clientes domésticos lideraron este aumento, impulsados por el uso generalizado de la calefacción para combatir las bajas temperaturas.
En paralelo, las centrales térmicas de ciclo combinado también jugaron un papel crucial. Estas instalaciones, que utilizan gas natural para generar electricidad, consumieron 680 GWh, marcando un récord desde los momentos más álgidos de la crisis energética de 2022. Durante la jornada, estas centrales generaron el 42% de la electricidad total del país, superando ampliamente a otras fuentes como la nuclear y la hidroeléctrica, que aportaron un 15% cada una.
Reservas de gas en descenso
El aumento de la demanda también ha comenzado a afectar las reservas de gas almacenadas en España. Tras alcanzar su capacidad máxima en agosto, los almacenamientos subteráneos, gestionados por Enagás, han registrado una caída en las últimas semanas. Actualmente, las reservas se encuentran al 90% de su capacidad, con 32.349 GWh equivalentes, una cifra que sigue siendo suficiente para afrontar el invierno, aunque se mantiene bajo observación ante posibles olas de frío prolongadas.
Perspectivas para el sector gasista
La actual situación evidencia la importancia del gas natural como fuente clave para garantizar el suministro energético en momentos de alta demanda. Este fenómeno plantea retos logísticos y de gestión para el sector, que debe equilibrar el uso de reservas y el suministro continuo para evitar tensiones en el mercado.
Con el invierno aún por delante, los próximos meses serán determinantes para evaluar la capacidad de respuesta del sistema gasista español. Además, el consumo sostenido de gas refuerza el debate sobre la diversificación del mix energético y la optimización de recursos.