La interconexión eléctrica entre España y Francia a través del Golfo de Vizcaya avanza con paso firme tras la firma de un acuerdo de financiación sin precedentes, que promete transformar el panorama energético de ambos países y reforzar la seguridad de suministro en Europa.
Un proyecto estratégico para la red europea
La interconexión eléctrica del Golfo de Vizcaya se consolida como una infraestructura clave para el sistema energético europeo. Con una longitud de 400 kilómetros —de los cuales 300 discurren bajo el mar—, este enlace duplicará la capacidad de intercambio de electricidad entre España y Francia, pasando de 2.800 a 5.000 megavatios. Así, se facilita el flujo de energía entre la Península Ibérica y el resto del continente, favoreciendo la integración de los mercados y la estabilidad del suministro.
Financiación europea para un reto compartido
El proyecto recibe un respaldo financiero de 1.600 millones de euros por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI), sumándose a los 578 millones de euros aportados por la Unión Europea a través del programa Connecting Europe Facility. Este esfuerzo conjunto implica a Red Eléctrica (España) y RTE (Francia), quienes lideran la ejecución de la obra mediante la sociedad Inelfe. La operación refuerza el papel del BEI como motor de la infraestructura energética europea y marca un hito en la cooperación transfronteriza.
Impacto en la seguridad y el precio de la electricidad
La nueva interconexión permitirá mejorar la seguridad energética y la estabilidad de precios para millones de ciudadanos en ambos lados de la frontera. Al aumentar la capacidad de intercambio, se reduce el riesgo de cortes y se optimiza el uso de los recursos energéticos disponibles. Además, se prevé que esta infraestructura contribuya a evitar la emisión de 600.000 toneladas de CO₂ al año, alineándose con los objetivos europeos de modernización de las redes eléctricas.
Un paso adelante hacia la integración europea
El enlace del Golfo de Vizcaya, reconocido como Proyecto de Interés Común por la Unión Europea, es fundamental para alcanzar el objetivo de interconexión del 15% de la capacidad instalada antes de 2030. Su desarrollo ha contado con la participación activa de instituciones europeas y nacionales, consolidando un modelo de colaboración que sienta las bases para futuras conexiones a través de los Pirineos.
Perspectivas y próximos pasos
La construcción de la interconexión ya está en marcha y se prevé que entre en funcionamiento en 2028. Este avance sitúa a España y Francia en una posición estratégica dentro del mercado energético europeo y anticipa una mayor resiliencia ante posibles crisis de suministro. Con este proyecto, ambos países demuestran su compromiso con la modernización de sus infraestructuras y la integración de sus sistemas eléctricos