martes 22 - octubre 2024

Las emisiones de gases de efecto invernadero se reducen en España gracias a la generación eléctrica.

España ha reducido un 62% las emisiones del sector eléctrico desde 2005, destacando su tendencia desde 2015, mientras el sector transporte sigue siendo un reto.

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La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) es una meta prioritaria a nivel global, y España ha mostrado avances significativos en ciertos sectores, particularmente en la generación eléctrica. Según el informe «Evolución de las emisiones de gases efecto invernadero en España 2005-2022», elaborado por Carbon Hub Liken y publicado por la Fundación Naturgy, el país ha logrado reducir las emisiones de la generación eléctrica en un 62% desde 2005, con un fuerte descenso a partir de 2015. Sin embargo, el sector transporte sigue siendo un desafío, especialmente en comparación con otros países europeos.

Reducción en la generación eléctrica

El sector eléctrico ha sido clave en la disminución de las emisiones en España, representando aproximadamente el 25% de las emisiones del sector energético. Desde 2005, las políticas enfocadas en la transición hacia fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, han permitido una disminución constante en el uso de combustibles fósiles para la generación de electricidad. Este cambio no solo ha reducido las emisiones, sino que también ha posicionado a España como un referente en la adopción de energías limpias.

La tendencia a la baja es especialmente notable desde 2015, cuando se intensificaron las inversiones en energías renovables y se fomentó la eliminación progresiva del carbón en la generación eléctrica. En 2022, las emisiones del sector eléctrico se encuentran en niveles similares a los de 1990, lo que demuestra un esfuerzo constante en la mitigación de emisiones, incluso en una economía más grande y desarrollada.

El desafío del transporte

A pesar de los avances en la generación eléctrica, el sector transporte sigue representando un gran reto. Actualmente, el transporte, y en particular el transporte por carretera, contribuye con un 34% de las emisiones del sector energético en España. Desde 1990, las emisiones del transporte han aumentado un 63%, una tendencia que solo se vio interrumpida durante el año 2020 debido a la pandemia del COVID-19, cuando las restricciones de movilidad provocaron una reducción temporal de las emisiones.

A nivel europeo, España ha experimentado un incremento en las emisiones del transporte mayor que otros países de la Unión Europea. Esta situación refleja la dependencia del país de los vehículos privados y el uso intensivo de combustibles fósiles en el transporte terrestre.

Comparación con otros países de la Unión Europea

En el contexto europeo, las emisiones conjuntas de la UE han disminuido un 31% desde 1990, con una aceleración de la reducción durante los últimos diez años. En contraste, España alcanzó su pico de emisiones en 2005, en lugar de 1990 como la mayoría de los países europeos, lo que evidencia un perfil diferente en la evolución económica y de emisiones.

La comparación con otros países de la UE, como Alemania, Francia e Italia, muestra que, aunque España ha avanzado significativamente en la reducción de las emisiones eléctricas, sigue estando por detrás en el sector transporte. Mientras que países como Alemania han adoptado estrategias más robustas para la reducción de las emisiones del transporte, España aún enfrenta desafíos en la implementación de soluciones sostenibles para este sector.

Hacia un futuro más limpio

A pesar de las dificultades en el sector transporte, España ha logrado avances notables en la reducción de sus emisiones totales. En 2022, las emisiones del país se encuentran en niveles similares a los de 1990, aunque con una economía más grande y moderna. El reto ahora radica en continuar reduciendo las emisiones del transporte y otros sectores industriales, donde la transición hacia prácticas más sostenibles aún no ha sido tan efectiva como en la generación eléctrica.

El compromiso de España con la reducción de las emisiones, respaldado por políticas nacionales y por los objetivos de la Unión Europea, sugiere que el país seguirá avanzando hacia una economía más sostenible y baja en carbono.

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