El Informe Perspectivas Energéticas Mundiales 2024 (WEO 2024) de la Agencia Internacional de Energía (AIE) presenta un panorama inquietante sobre los retos y oportunidades que enfrentan los gobiernos y consumidores en el contexto de la creciente demanda de electricidad y la reconfiguración de la seguridad energética. A medida que los suministros se vuelven más abundantes, también emergen tensiones geopolíticas que resaltan las vulnerabilidades del sistema energético global.
La fragilidad del sistema energético actual
Las tensiones geopolíticas y los conflictos regionales han expuesto debilidades críticas en la infraestructura energética mundial. Estas fragilidades no solo amenazan la seguridad energética, sino que también obstaculizan los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La AIE destaca que, para mitigar estos riesgos, se requiere una combinación de políticas más robustas y una inversión significativa en tecnologías limpias y seguras.
Un nuevo contexto de mercado energético
El informe indica que el mundo está entrando en un nuevo contexto energético marcado por la abundancia de varios combustibles y tecnologías. A pesar de los constantes riesgos geopolíticos, se prevé un exceso de petróleo y gas natural licuado (GNL) para la segunda mitad de la década de 2020, lo que podría aliviar las presiones de precios que han afectado a los consumidores.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, señala que este excedente podría permitir a los responsables de políticas enfocarse en aumentar las inversiones en energías limpias y en eliminar subsidios ineficientes a los combustibles fósiles. “Las decisiones de los gobiernos y consumidores tendrán consecuencias significativas para el futuro del sector energético y la lucha contra el cambio climático”, afirma Birol.
La electrificación del sistema energético
El informe revela que, bajo las políticas actuales, se espera que las fuentes de energía de bajas emisiones generen más de la mitad de la electricidad mundial antes de 2030. Este crecimiento se debe principalmente a la demanda de electricidad, que ha crecido a un ritmo acelerado, impulsado en gran parte por China. “Estamos avanzando hacia la Era de la Electricidad”, afirma Birol, subrayando que la electricidad limpia se convertirá en la base del sistema energético mundial en el futuro.
Sin embargo, a pesar del crecimiento sin precedentes de la energía limpia, la implementación sigue siendo desigual. Para que esta tendencia continúe, es vital aumentar la inversión en infraestructuras eléctricas y sistemas de almacenamiento.
La urgencia de abordar el cambio climático
El informe también revela que, a pesar del progreso, el mundo está lejos de alcanzar una trayectoria que limite el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, tal como establece el Acuerdo de París. Se prevé que las emisiones de dióxido de carbono alcancen su punto máximo, pero no se anticipa una reducción significativa, lo que podría resultar en un aumento de 2,4 °C para finales de siglo.
Este aumento en la temperatura global intensificará los fenómenos meteorológicos extremos, lo que afectará la seguridad y fiabilidad de los sistemas energéticos. “Es necesario construir un nuevo sistema energético que priorice la seguridad, la resiliencia y la flexibilidad”, enfatiza Birol.
La brecha de acceso a la energía
Un desafío persistente en el ámbito energético es la falta de acceso a la electricidad, que afecta a 750 millones de personas, principalmente en el África subsahariana. La AIE subraya que cerrar esta brecha es esencial para lograr un desarrollo sostenible y reducir las emisiones de carbono.
Hacia un futuro energético sostenible
Para abordar estos desafíos globales, la AIE convocará una Cumbre Internacional sobre el Futuro de la Seguridad Energética en Londres en 2025, donde se evaluarán los riesgos y se buscarán soluciones innovadoras. Además, se organizará una Conferencia Global sobre Energía e IA en París, enfocándose en cómo la inteligencia artificial puede transformar el sector energético.
