Mario Draghi, ex primer ministro italiano y expresidente del Banco Central Europeo (BCE), ha lanzado una contundente advertencia sobre la necesidad urgente de aumentar las inversiones en la Unión Europea para asegurar su competitividad global. En un informe presentado este lunes (The future of European competitiveness), junto a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, Draghi destaca que Europa debe invertir entre 750.000 y 800.000 millones de euros anualmente para digitalizar su economía, descarbonizar y fortalecer su capacidad defensiva.
Una llamada a la acción inmediata
Draghi subraya que “la única manera de ser más productivos es que Europa cambie radicalmente”. En el informe, encargado por von der Leyen, se identifican tres áreas clave para mejorar la competitividad europea: acelerar la innovación, reducir el costo de la energía sin comprometer la descarbonización, y disminuir las dependencias estratégicas, incluyendo el refuerzo de la defensa.
“La necesidad de un aumento masivo de inversiones es una cuestión existencial para Europa”, enfatiza Draghi. Destaca que la falta de crecimiento económico y la disminución de la población están acelerando una «lenta agonía» del continente. La inversión propuesta, que representa entre el 5% del PIB europeo, supera con creces el 1-2% del Plan Marshall que facilitó la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
Impacto económico y estrategias propuestas
El informe, que abarca unas 400 páginas, incluye simulaciones realizadas por la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evaluar la viabilidad de este aumento en la inversión. Las conclusiones sugieren que, aunque la inversión es fundamental, es posible llevar a cabo sin restricciones macroeconómicas severas. Además, se resalta que la movilización de financiación privada será crucial, junto con un incremento en la inversión pública.
Draghi propone una “nueva estrategia industrial europea” para abordar la desaceleración del crecimiento en la UE. Según el informe, la brecha de PIB entre la UE y EE.UU. ha crecido del 15% en 2002 al 30% en 2023, y la principal causa es la productividad. La estrategia debe enfocarse en:
- Acelerar la innovación: Impulsar el sector tecnológico y reducir las barreras para trasladar innovaciones al mercado.
- Rebajar los precios de la energía: Reducir los costos energéticos en Europa, que son hasta cinco veces mayores que en EE.UU., y promover la descarbonización mediante un “plan conjunto de descarbonización y competitividad”.
- Reducir dependencias estratégicas: Disminuir la dependencia de suministros estratégicos y reforzar la capacidad de la industria de defensa europea.
Desafíos y oportunidades en la descarbonización
Draghi también aborda el reto de los altos costos energéticos en Europa, que afectan la inversión empresarial y limitan el crecimiento. Los precios de la energía, que son significativamente más altos en Europa en comparación con EE.UU., y las ambiciosas metas de descarbonización, crean necesidades de inversión a corto plazo que superan a las de sus competidores.
A pesar de estos desafíos, Draghi ve en la descarbonización una oportunidad para que Europa lidere en tecnologías limpias y se convierta en más segura energéticamente. El informe destaca que Europa está en una posición sólida en innovación en tecnologías limpias, pero enfrenta la competencia creciente de China, que domina la fabricación de tecnologías limpias.
Conclusiones y recomendaciones
El informe concluye que Europa necesita implementar una estrategia mixta que combine medidas para reducir los costos energéticos, capturar oportunidades industriales derivadas de la transición verde y nivelar el campo de juego en sectores expuestos a la competencia desleal. Se deben abordar cuestiones estructurales en el mercado energético y aprovechar la transición verde para fomentar la innovación y la producción local.
Draghi advierte que sin una acción decisiva en estas áreas, Europa podría enfrentar una regresión en sus ambiciones de descarbonización y un retroceso en su modelo social. La implementación efectiva de estas recomendaciones será crucial para asegurar un futuro competitivo y sostenible para el continente.
