BP, la gigante energética británica, ha decidido abandonar su objetivo de reducir la producción de petróleo y gas para el año 2030, lo que marca un cambio significativo en su estrategia de transición energética. Según fuentes internas, el nuevo consejero delegado, Murray Auchincloss, busca recuperar la confianza de los inversores mediante un enfoque más centrado en la rentabilidad a corto plazo.