Castellá del Vallés apuesta fuerte: su consorcio lanza una estrategia para posicionar al Puerto de Tarragona como núcleo industrial de la energía eólica marina flotante. Una iniciativa que ya cuenta con el respaldo de más de 60 empresas y organismos públicos, y que puede redefinir el mapa energético del sur de Europa.
El proyecto impulsado por la asociación Castellà, integrada por agentes del sector energético y portuario, busca consolidar un clúster industrial en torno al Puerto de Tarragona que sirva como base para la fabricación, ensamblaje y despliegue de plataformas de eólica marina flotante en el Mediterráneo. Este movimiento estratégico se alinea con el objetivo estatal de desplegar 3 GW de energía marina antes de 2030.
A diferencia de otras regiones, la costa catalana presenta una orografía compleja que requiere soluciones tecnológicas avanzadas como las plataformas flotantes. Por ello, se pretende aprovechar la infraestructura existente en Tarragona y su capacidad logística para atraer inversiones y consolidar un polo de referencia en innovación industrial.
Apoyo institucional y colaboración empresarial
La iniciativa cuenta con un amplio respaldo institucional. La Generalidad de Cataluña, a través del Departamento de Empresa y Trabajo, ha mostrado su interés en facilitar los trámites administrativos y reforzar las competencias técnicas del tejido empresarial.
Además, más de sesenta actores, entre ellos empresas como Siemens Gamesa, Acciona Energía y centros tecnológicos como Eurecat o el IREC, ya han formalizado su adhesión al clúster. Esto refuerza la viabilidad del proyecto y amplía su alcance internacional, con el objetivo de crear una cadena de valor robusta y competitiva en el entorno portuario de Tarragona.
Una oportunidad industrial con impacto estratégico
El proyecto no solo busca generar energía limpia, sino también revitalizar la industria local, atraer talento y crear empleo cualificado. Se estima que la construcción del clúster podría generar miles de puestos de trabajo directos e indirectos, dinamizando sectores como la ingeniería naval, la logística portuaria o la fabricación avanzada de componentes.
En este contexto, Tarragona no solo aspira a ser un nodo energético, sino también un centro estratégico de conocimiento, formación y tecnología en energía eólica marina flotante, atrayendo inversiones europeas en innovación y transición energética.
El Puerto de Tarragona, enclave clave para el futuro energético
La elección del Puerto de Tarragona no es casual. Su calado, su proximidad a zonas de alto recurso eólico y su conectividad con el hinterland industrial lo convierten en un emplazamiento idóneo. Además, su capacidad de adaptación para albergar ensamblajes de gran escala lo posiciona como una alternativa viable frente a puertos del norte de Europa, tradicionalmente más desarrollados en este campo.
La hoja de ruta incluye la ejecución de proyectos piloto, la adaptación de espacios logísticos y la colaboración con centros de investigación. Si se cumplen los plazos previstos, Tarragona podría estar operativa como hub logístico-industrial de eólica marina flotante antes de 2028.
Un cambio de paradigma para el sur de Europa
Se trata de una apuesta estratégica para consolidarse como un actor de peso en la transición energética europea. En un momento en el que el contexto geopolítico empuja hacia una mayor autonomía energética, el desarrollo de la eólica marina en el Mediterráneo cobra un valor geoestratégico clave.