La energía eólica es un elemento clave para la recuperación económica tras el impacto del COVID-19. Esta energía permitirá a los gobiernos renovar las infraestructuras esenciales con vistas a un futuro sostenible. La industria eólica ayudará a crear puestos de trabajo, energía limpia y asequible, además garantizará la seguridad energética necesaria para una recuperación económica sostenible.
La pandemia del COVID-19 ha causado un sufrimiento incalculable y ha creado un desafío económico y social sin precedentes para el mundo. Los países y las comunidades se enfrentan a dificultades económicas, con un aumento del desempleo, alteraciones en los movimientos de capital y una creciente acumulación de la deuda.
Los gobiernos y las instituciones financieras están haciendo todo lo posible por reaccionar. Al mismo tiempo que se centran en la lucha contra la pandemia y en la protección de sus ciudadanos, los responsables políticos de todo el mundo están empezando a planificar la recuperación económica. Las estimaciones de los paquetes de estímulo que ya se han puesto en marcha o anunciado superan los 10 trillones de dólares (USD) a nivel mundial.
El impacto prolongado del COVID y el ritmo de la recuperación mundial dependerán de las
medidas que todos tomemos en los próximos meses. Para lograr una recuperación económica sostenible y perdurable, estas acciones deben centrarse en los impactos a largo plazo, así como en la necesidad a corto plazo de generar crecimiento y empleo. Los gobiernos deben asegurar que su acción prioritaria se concentre en facilitar una transición energética limpia, y abstenerse de reducir los estándares de emisión y orientar las inversiones públicas para «reconstruir de una manera mejor» el futuro.
En el contexto de este esfuerzo mundial, la industria eólica es un aliado clave para los gobiernos, y está preparada para hacer una contribución importante y duradera a la recuperación económica.
- La energía eólica ha sido una fuente de inversión enorme de capital, siendo uno de los nuevos sectores industriales de más rápido crecimiento en el mundo. Sólo entre 2015 y 2019, la energía eólica generó más de 652.000 millones de dólares en inversiones. Aumentar la capacidad eólica instalada por encima de los 2TW para 2030 crearía una inversión anual adicional de 207.000 millones de dólares, o más de 2.000 billones de dólares en la década. La industria eólica también seguirá siendo un importante impulsor de la innovación y la inversión en I+D a medida que se introduzca la próxima generación de plataformas de turbinas de energía eólica.
- La energía eólica ha sido una importante creadora de empleos especializados y de beneficios para la comunidad. Los organismos internacionales estiman que los empleos directos e indirectos en la energía eólica se triplicarán con creces, pasando de 1,2 millones en 2018 a casi 4 millones a nivel mundial en 2030, si el despliegue tiene lugar al ritmo adecuado.
- La industria eólica es parte de un impulso imprescindible para renovar la infraestructura energética del mundo. La generación de suficiente cantidad de energía limpia, de una red eléctrica flexible que esté preparada para la energía renovable sin emisiones de carbono, y de una infraestructura portuaria adecuada para la energía eólica marina, son elementos fundamentales para una recuperación económica más amplia. Gracias a la previsible disponibilidad de financiación de bajo costo mediante paquetes de estímulo, los próximos años serán vitales para la creación de la infraestructura del futuro.
- La energía eólica está en el corazón de la transición energética, un cambio necesario para conseguir un futuro sostenible para nuestra sociedad. Antes del COVID-19, la comunidad mundial había empezado a hacer grandes progresos en la aplicación del Acuerdo de París para evitar un cambio climático destructivo e irreversible. La pandemia ha creado una reducción temporal de las emisiones de carbono, pero la experiencia demuestra que éstas se recuperarán rápidamente y es esencial que multipliquemos los esfuerzos para solucionar el cambio climático para siempre.
La energía eólica es competitiva en todo el mundo. No estamos pidiendo un rescate, pero necesitamos un terreno de juego equilibrado. Es vital que los gobiernos destinen fondos públicos sobre activos e infraestructuras que puedan favorecer y acelerar la transición hacia un futuro bajo en carbono.
Al mismo tiempo, los mercados de energía se han visto muy afectados por la crisis del COVID-19 y la reducción masiva de la demanda eléctrica. Los gobiernos deben adoptar medidas para estimular esta demanda actuando de manera decisiva para la electrificación de la economía, incluidos sectores clave como el transporte, la calefacción y la industria. Así como, seguir eliminando la capacidad obsoleta de los combustibles fósiles, con el fin de crear precios racionales y competitivos.
Los jóvenes, en particular, asumirán los costos financieros, sociales, sanitarios y ambientales de los planes de estímulo que se están diseñando hoy en día, y cargarán con la deuda asociada a este gasto, por lo que debemos asegurarnos de que puedan beneficiarse de las medidas que se tomen actualmente. La Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, en inglés) estima que cada dólar (USD) invertido para impulsar la transición energética mundial aportará un beneficio de entre tres y ocho dólares, por lo que la inversión se pagará por sí sola, si se hace correctamente.
Instamos a los gobiernos, a los organismos intergubernamentales y a las instituciones financieras multilaterales a que sitúen la inversión en energía eólica en el centro de sus planes de recuperación económica y crecimiento adoptando las siguientes medidas:
- Inversión para un futuro sostenible y duradero
- Introducir un precio razonable del carbono a nivel internacional y promover la igualdad de condiciones entre las fuentes de energía para permitir el despliegue acelerado de las energías renovables y la electrificación de sectores como el transporte, la calefacción y la refrigeración y la industria.
- Asegurar que se realicen flujos de inversión adecuados hacia la infraestructura clave, incluyendo los sistemas de energía y la infraestructura de red de suministro, a un bajo coste de financiación y con cumplimiento de las normas de sostenibilidad.
- Proporcionar un fuerte apoyo a los programas de innovación e I+D para permitir el rápido despliegue de la próxima generación de plataformas de turbinas eólicas.
- Introducir criterios claros para que los planes de inversión de los organismos públicos y privados se basen en el principio de «no causar daño» para la sociedad y el medio ambiente.
- Poner en práctica mecanismos transparentes y objetivos para la toma de decisión de inversiones públicas respaldados en evidencias, y dirigidas a su vez por parámetros como el impacto en el PIB, el impacto ambiental, el agotamiento de los recursos, el valor social y la solidez del sistema.
- Asegurar el destino de los fondos de préstamo y ayuda institucionales y multilaterales mediante el establecimiento de requisitos como la presentación de informes y declaraciones relacionadas con la sostenibilidad y el clima, y a su vez, de conformidad con las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre las Revelaciones Financieras relacionadas con el Clima.
- Actuar con rapidez para aumentar la financiación verde en los mercados emergentes y las economías en desarrollo, que se enfrentan a una fuga de capitales acelerada y a una deuda creciente que obstaculiza su transición a la energía limpia.
- Un entorno favorable para la energía limpia
- Aplicar una normativa adecuada a los fines perseguidos, incluyendo un diseño de mercado que proporcione visibilidad de precios a largo plazo y la simplificación de la concesión de permisos que permitan un rápido incremento del desarrollo de los proyectos.
- Salvaguardar los proyectos existentes y adjudicados, evitar modificaciones retroactivas de los esquemas de remuneración aprobados, así como asegurar la continuación de las subastas de energía limpia.
- Crear marcos adecuados para permitir un aumento amplio y eficiente de la potencia de las antiguas instalaciones de energía eólica.
- Propiciar y promover una tasa del 100% de la demanda de energía eléctrica de los consumidores finales con energías renovables para facilitar que las empresas puedan acelerar el cumplimiento de sus objetivos de sostenibilidad. Eliminar las barreras regulatorias, en caso de que existan, para que los consumidores y usuarios puedan adquirir libremente energía renovable.
- Desincentivar la inversión en activos de combustibles fósiles contaminantes, costosos y obsoletos mediante la introducción de mecanismos de fijación de precios que reflejen los verdaderos costos económicos, sociales, ambientales y de salud de la generación con combustibles fósiles. Así como, incentivar la eliminación gradual de las subvenciones a los combustibles fósiles.
- Acelerar los compromisos de neutralidad climática o cero emisiones netas de carbono, los presupuestos de carbono, la fijación de precios del carbono y los enfoques basados en la ciencia entre los organismos gubernamentales y las empresas a medida que anuncian sus planes de recuperación económica.
- Aumentar la ambición de descarbonizar todos los sectores económicos mediante la electrificación.
- Rechazar las propuestas de diluir o retirar la legislación para la protección del medio ambiente.
- El empoderamiento de las personas para impulsar la transición energética
- Aprovechar el enorme potencial de la industria de la energía eólica para crear puestos de trabajo directos e indirectos, dando prioridad de inversión a la energía renovable.
- Reciclar profesionalmente a los trabajadores que puedan ser desplazados de sectores con un panorama comercial en decadencia, para que trabajen en un sector en crecimiento como el de la energía eólica marina.
- Comprometerse a una transición energética justa e inclusiva asegurando que los planes de recuperación se centren en la distribución equitativa de los recursos, la capacitación y el desarrollo de habilidades entre los géneros, los grupos minoritarios y las comunidades marginadas.
- Mantener la salud y la seguridad como un pilar fundamental de la energía eólica y la planificación de la fuerza laboral.
Fuente | Global Wind Energy Council
